Soluciona los problemas sencillos de fontanería por tu cuenta

Es muy común que en casa se presenten problemas de fontanería. Y es aún más común desesperarse buscando a un fontanero de confianza que pueda repararlo. Pues bien, a veces las tuberías presentan averías por causas tan insignificantes que tú mismo puedes identificar y arreglar sin mayores dificultades.

Lo primero que necesitas es, ante todo, saber identificar el problema. Un buen ojo no es suficiente. Tengas o no un curso intensivo de fontanería, lo ideal es que sepas dónde están las tuberías antes de empezar a derribar paredes al azar.

Teniendo eso en mente, también es importante que cuentes con artículos de fontanería apropiados. Necesitarás aunque sea un kit muy básico, por si es necesario reemplazar alguna pieza o un accesorio de tu mobiliario de baño.

¿Listo para solucionar tus problemas de fontanería? Aquí van unos cuantos tips que esperamos te sean útiles antes de empezar:

Prevén accidentes

Una vez que sepas dónde está el problema (grifos, ducha, tuberías de desagüe), y antes de armar y desarmar, es necesario cerrar el paso del agua para prevenir accidentes. Lo usual es que se encuentren en el sótano de las casas o en las tuberías de conexión de agua en los edificios (si vives en un piso, pregúntale a tu conserje).

También debes utilizar un equipamiento de seguridad, tal como

  • Guantes protectores
  • Ropa cómoda
  • Botas de seguridad (o al menos unas deportivas viejas de material resistente).

¿Problemas con las tuberías?

Es importante destacar que las tuberías no tienen una vida útil infinita. Por eso, es necesario hacer un mantenimiento periódico dependiendo de su uso.

Los problemas más comunes con tuberías son, en su mayoría, debido a obstrucciones de desperdicios, restos de jabón o tapas de dentífrico (en caso de lavabos) o incluso de pelo, papel o cualquier cosa que se arroje sin saber.

Cada cierto tiempo, extiende un paño de limpieza encima del desagüe y vierte suficiente agua hirviendo. Esto hará que los materiales endebles se deshagan o corran directo por la tubería. En caso de que sea algo sólido, destapa la tubería con ayuda de una llave y revisa dónde está la obstrucción. Puedes limpiarlo introduciendo productos disolventes o algo para empujar el desperdicio.

En caso de que tu grifería esté obstruida revisa que la pieza por donde sale el agua esté limpia. No necesitas desarmar, puedes simplemente pasar un alfiler por cada agujero. También puedes buscar posibles fugas en la tubería o la pieza.

Si tu tubería presenta una fuga, usa un material adhesivo resistente, diseñado especialmente para resistir al contacto del agua. En el mercado podrás encontrar desde cintas hasta pegamentos para tuberías.

Cuando las tuberías o desagües tienen aire suelen producir un sonido estrepitoso. ¿Solución? abre todos los grifos de tu casa. Esto hará que el aire atrapado salga sin dañar tus fontanería.

Siempre es recomendable acudir a un profesional en caso de que tengas una avería irreconocible. Pero, si solo se tratan de problemas sencillos, puedes ahorrarte un poco de dinero solucionandolo por tu cuenta.